El origen geoquímico de la vida puede representarse como una secuencia de acontecimientos "emergentes", cada uno de los cuales añade complejidad molecular y orden.
Si cada una de esas secuencias estuviera adecuadamente formulada debería poder someterse a estudio experimental.
Si cada una de esas secuencias estuviera adecuadamente formulada debería poder someterse a estudio experimental.
Además, es posible que cada paso emergente, diera como resultado "fósiles" isotópicos, moleculares y estructurales factibles de ser medidos en ambientes extraterrestres que no hayan sufrido ninguna reconstrucción por causa de actividad biológica.
Los sistemas naturales con muchos componentes interaccionando, como átomos, células o estrellas, muestran a menudo un comportamiento "emergente" complejo no asociado con sus componentes individuales.
Los sistemas naturales con muchos componentes interaccionando, como átomos, células o estrellas, muestran a menudo un comportamiento "emergente" complejo no asociado con sus componentes individuales.
En algunos casos de conducta emergente, por ejemplo, los flujos turbulentos en fluidos, las propiedades del estado sólido de los cristales, o el espaciado periódico de las dunas, ese comportamiento complejo se representa a posteriori, una vez determinadas las condiciones de interacción adecuadas.
Otros fenómenos, como la irrupción de la conciencia en agrupaciones de neuronas, o la sociabilidad en agrupaciones de humanos son, al menos por ahora, menos factible de análisis cualitativo.
El comportamiento emergente observado en sistemas muy ordenados, galaxias, planetas y vida, apunta a un principio organizativo universal del caos primordial.
Otros fenómenos, como la irrupción de la conciencia en agrupaciones de neuronas, o la sociabilidad en agrupaciones de humanos son, al menos por ahora, menos factible de análisis cualitativo.
El comportamiento emergente observado en sistemas muy ordenados, galaxias, planetas y vida, apunta a un principio organizativo universal del caos primordial.
La ordenación de los sistemas naturales tiende a realizarse a escala local regiones que no están en equilibrio en lo que se refiere al aumento espontáneo de energía libre y disminución de la entropía aunque a escala global aumente la entropía. Un ejemplo familiar, no perteneciente a la biología, lo proporciona la formación de dunas.
La acumulación gradual de sedimentos en un lago o delta puede llevar a la formación de llanuras arenosas cuyos granos presentan escasa variedad de tamaños. Un sistema tal de sedimentos posee un potencial mínimo de energía gravitatoria y máximo de energía configurativa. Sin embargo, si ese sistema sedimentario se seca y queda sujeto a la acción del viento, emergen nuevas estructuras.
Las dunas adoptan una variedad de formas periódicas, en tanto que los granos de arena se agrupan cada vez más por tamaños. A medida que la energía eólica fluye a través de la interfase sedimento atmósfera, los sedimentos adquieren de manera espontánea potencial de energía gravitatoria, en tanto que su entropía configurativa disminuye.
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